-DIMES Y DIRETES-
A Rocío y Lola Algarra, mis jóvenes zorilianas
En la fragua del Zoríl,
le dijo el yunque al martillo:
no te pongas tan chulico
que cuando quiera, te pillo.
En la fragua del Zoríl,
dijo el yunque a la tenaza:
no todo lo que se anhela,
a la mínima se alcanza.
En la fragua del Zoríl,
dijo el yunque al martinete:
tan sólo por golpear,
no te creas más valiente.
Y cuando salió la luna,
mandó silencio el Zoríl,
y todos los utensilios
se callaron, y a dormir.
© Casimiro Bleda Onrubia
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