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lunes, 12 de noviembre de 2012

LAS CAQUITAS






PETICIONES... DEL/AL  LEYENTE,
(en este caso escribiente)

“LAS CAQUITAS”





Hay algo que no me explico,
mejor dicho, me cabrea
y aunque trato de encajarlo
se rebela en mi cabeza.

No entiendo, si es sólo a mí,
o tal vez, por el contrario
es algo que también  siente
algún que otro ciudadano.

Antes de continuar
con lo que vengo exponiendo,
si que quisiera aclarar
algo que siempre defiendo:

quiero que quede bien claro,
que soy ferviente enemigo
de los actos de maltrato
y violencia a un ser vivo

sea animal o persona
o de otra naturaleza,
como el reino vegetal
que a diario nos rodea.

 Pues bien, dicho todo esto,
me parece una alegría
que haya quien tenga en su casa
mascotas de compañía.

Que las tengan al detalle,
por supuesto, que es lo justo,
vacunas, peluquerías,
y “menuses” a su gusto.

De todas en general,
hoy me centraré en los perros,
y así quiero trasladar
mis sentires a sus dueños.

Esos perros tan preciosos,
cariñosos, pizpiretos,
que por éllos se desviven
y dan saltos de contentos,

les colocan trajecitos
para que luzcan bien fashion,
llevando la última moda
y son la envidia del barrio.

Pero a la naturaleza
no es posible detenerla,
y a parte de florituras
tiene su parte , más negra, 

también los animalitos
tienen sus necesidades,
y sacarlos de paseo
es, del todo inevitable.

Sé, que hay gente observadora,
que siempre cumple la norma
y cuando sacan al chucho,
llevan a mano, una bolsa

de plástico, de papel,
la propia para la cosa,
y así recoger el lastre
que dejara su mascota,

al final de la faena,
todos quedamos contentos,
viandantes, animal,
y las calles sin “tropiezos”.

Otros en cambio parece,
que lo que queda en la vía
procedente de su perro
es, tremenda lotería

con premio gordo y reintegro,
que en el zapato te llevas
y por donde vas pasando
¡vaya pestazo que dejas!




Yo no culpo al animal
pues por razón evidente,
debe ser el propietario
el que retire el paquete.

Casualmente, hace unos días
me tropecé a una señora,
que cumplia este ritual
con su adorada mascota,

una perrita muy linda,
que se me cagó en la puerta
y su dueña en el momento
justificó “la agudeza”.

¡Ay que cosa tan graciooosa!
es algo tan chiquitito,
que mirándolo, así al pronto
me recuerda a los conguitos.

Pues yo, no le veo la gracia,
perdone usté que le diga,
es, la cagada de un perro
y no admite fantasías,

pero si tanto le gusta,
sugerirle me permito
que la coja suavemente
y la guarde con cariño,

que la conserve en un frasco
de cristal, muy transparente,
y así poder compartirla
en su hogar familiarmente;

y al punto que hemos llegado,
por el mismo precio incluyo
otras breves sugerencias,
en beneficio del chucho:

que utilice usté envoltorio
y deje limpia la acera,
recogiendo ese presente
que al viandante le deja.

Que le ponga usté un dodotis
cuando lo saque a paseo,
le quedará agradecido
la mayoría del censo.

O que lo siente en el water,
o…que se lo lleve al cerro,
que estoy harto de pisar,
las cagadas de su perro.

Muchas gracias.





© Casimiro Bleda Onrubia

2 comentarios:

  1. En la calle que va hacia el cole de mis hijos es exagerado esto de "las caquitas"..la gente es muy guarra y eso no se debería permitir. Hay doscientos agentes de la movilidad poniendo multas a los coches y no son capaces de llamar la atención a los amos de los perros que no recogen las mierdas....ay señor!.

    Besos

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  2. Pues si a alguno le llamas la atención, a lo mejor te pega. ¡ País! que diría Forges. Besos

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