POESÍA ANTE LA INCERTIDUMBRE

 " POESÍA ANTE LA INCERTIDUMBRE”

Antología de nuevos poetas en español

He encontrado por casualidad el libro del enunciado, y en su introducción hay unos párrafos que han llamado mi atención y que estoy totalmente de acuerdo, por lo cual me ha parecido interesante compartirlo con vosotros, entre otras cosas dicen lo siguiente:

DEFENSA DE LA POESÍA

“La poesía es un modo de ajustar cuentas con la realidad”, ha repetido muchas veces el poeta español Luis García Montero. Sin duda sucede así en los buenos poemas, aquellos que son capaces de provocar emoción, de conmover, de hacer pensar, de llenar un vacío que nos acompaña. El poeta Joan Margarit decía, que el límite de la poesía es el de la emoción…

La emoción no puede estar de moda. La emoción es universal e intemporal. Y la poesía tiene que emocionar…

Cuando un poema no se entiende, el lector suele culparse a sí mismo, inducido por la idea generalizada de que el poeta es un ser con una sensibilidad diferente, superior. Una idea tan falsa como interesada. Si un poema no se entiende el único responsable es quien ha tratado de establecer la comunicación. O bien no ha sido capaz por sus limitaciones, o bien no lo ha conseguido porque no era su propósito, porque sólo buscaba la erudición y el artificio, algo que está bien visto, que tiene buena prensa y que provoca una palmadita en la espalda de la crítica, sumida en gran parte en la misma torpeza. Si un poema no se entiende, por lo general lo que sucede es que el poeta no ha hecho bien su trabajo. Los poetas somos personas normales, con los mismos temores y preocupaciones que el resto de los seres humanos…

Los versos puros no necesitan disfraces ni simulada complejidad, es necesario superar el artificio estéril y soso, el poema que no dice nada, el poema que enuncia y enuncia y jamás encuentra el sentido, la histeria por el experimento per se… 

La poesía nace, como todo arte, de un sentimiento humano universal como es el anhelo trascendente. Va mucho más allá de los atrevidos juegos de estilo o las oscuras construcciones lingüísticas que parecen facturados sólo para un selecto grupo de iniciados. La poesía ha pertenecido y pertenecerá siempre a la humanidad, es un caleidoscopio luminoso y claro que se adentra en los recovecos más recónditos de nuestra conciencia, creando ese espacio de comunicación universal que puede existir tan sólo entre corazones humanos liberados de escudos y armaduras.

La poesía no encadena ni encorseta a su lector u oyente con fingimientos prefabricados o yuxtaposiciones carentes de significado íntimo. Al contrario, la poesía nos libera y nos reviste de nobleza.

En definitiva, somos partidarios de una poesía que formalmente incluso alcance el preciosismo. Pero creemos en una poesía que además comunique, que diga algo, que porte sentido, que conmueva y en el mejor de los casos, estremezca, según pedía Robert Graves “El motivo de que los pelos se ericen, los ojos se humedezcan, la garganta se contraiga, la piel hormiguee y la espina dorsal se estremezca cuando se escribe o se lee un verdadero poema”.